Corrector & Iluminador, sabéis como utilizar y cuando
cada producto?
La función del corrector es ocultar granitos, disimular
manchas, ojeras o igualar el tono de la piel. Todo lo contrario de lo que hace
el iluminador, cuya función es destacar las zonas bonitas del rostro. Por eso
es importante no confundirlos.
Ahora, la textura. Esto varía de acuerdo a tu tipo de piel o
problema a ocultar, efecto y resultado que busques.
Líquidos: son los más sencillos de usar
aunque normalmente no ofrece una cobertura pareja. Ideal para ojeras y
espinillas mínimas. Los encuentras en diversas presentaciones: tipo 'brillo
labial', con brochitas, etc. y algunos contienen partículas iluminadoras que te
hacen lucir descansada. Para cutis normal a seco.
En barra: son densos y permanecen en la piel
por más tiempo. La mayoría de los colores antes mencionados vienen en barra,
creando resultados prolijos. No los descartes si tus imperfecciones son muy
marcadas. Recomendable para cualquier tipo de piel, sin embargo, ten cuidado si
tu cutis es seco no querrás ver 'hojuelas' o resequedades en áreas de tu
rostro.
Crema: digamos que es el punto medio entre
el corrector líquido y el de barra. Se consiguen en pequeños tarros o platitos
y suelen ser aplicados con brocha o
con los dedos. Cubren ojeras y zonas oscuras como esquinas externas de la
nariz. ¿La desventaja? Pueden correrse o desparecer tras largas horas. Llévalo
en tu kit de emergencia para retoques rápidos.
Lápiz: los correctores tipo lápiz se han
ido posicionando poco a poco. No son los más efectivos pero ayudan a
perfeccionar la forma de los labios.
En cuanto a colores, los hay en tonos similares a los de la
piel, que son los más adecuados para disimular ojeras, o en verde para ocultar
granitos enrojecidos. No todas las personas necesitan utilizar el corrector
habitualmente, pero cuando se utiliza, hay que aplícalo siempre antes de la
base de maquillaje y hacerlo con la cantidad adecuada de producto: a base de
pequeños toques con el pincel corrector retráctil, incluso con la esponjita
partible de látex porque van de maravilla para difuminar muy bien y eliminar el
exceso de producto.
El iluminador sirve para aportar luz, destacar zonas
concretas del rostro y también ayuda minimizar la apariencia de rostro cansado
o apagado. Aunque los maquilladores profesionales utilizan las texturas en
crema o fluidas antes de la base, cuando lo hace una misma, es más práctico
utilizar el iluminador zonal después de aplicar la base de maquillaje.
Así
resulta más fácil ver los puntos que queremos resaltar. Sea como sea su
textura, en lápiz, crema, fluida o en polvo, el tono del iluminador debe ser
más claro al de la piel y aplicar una cantidad mínima mediante pequeños toques.
También puede utilizarse una esponjita de látex para eliminar el exceso.
En qué zona aplicarlo, dependerá de lo que tú quieras
destacar.
Si quieres abrir la mirada: debajo del arco de las cejas y en
el lagrimal, para ampliar la frente daremos un toque en el centro Si queremos
realzar los pómulos, justo encima de estos para disimular una nariz ancha,
hemos de trazar una línea sutil en el
caballete.
Y por último, es aconsejable hacerlo con luz natural o con
buena luz artificial.
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